El loco
En un pequeño reino, había un hombre conocido por todos como "el loco", sus ropas eran viejas y gastadas y no tenia un lugar propio donde resguardarse. Lo único que parecía poseer era una pequeña bolsita con semillas. Se dedicaba a ir sembrándolas por todos los campos por donde pasaba. En un futuro esas semillas darían lugar a árboles frutales.
Nadie agradecía aquel gesto desinteresado del hombre, solo le rehuían. Un día, el sultán del lugar se tropezó con él en uno de sus clásicos paseos en el que le acompañaba su escolta. Al verlo cavando la tierra este le preguntó:
- ¿Qué hace usted, buen hombre?
Aquel al que todos rehuían contestó:
- Siembro los campos por donde paso. Otros lo hicieron tiempo atrás y gracias a ello yo he podido comer. Ahora es mi turno de sembrar para aquellos que vendrán.
El sultán, sorprendido por la sabiduría y bondad de aquel hombre menospreciado por todos, hizo mandar a su escolta de vuelta a palacio. A su vuelta, el escolta le entregó un saquito con unas monedas de oro. El hombre sorprendido y agradecido le comentó:
- ¿Habéis visto mi señor?, las semillas ya empiezan a dar su fruto.
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