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23 noviembre 2020

¿Por qué escribimos?

Desperté. Las mantas cubrían mi cuerpo. Recuerdo que aquel día hacía calor debido a que, como de costumbre, la ventana tras mi cabeza se mantenía cerrada para evitar la entrada del aire invernal encontrada a varios metros por encima del nivel del suelo.

Entonces me desaté de las sabanas que me cubrían. Levanté mi cuerpo de un solo golpe y clavé la mirada en la pared azulada con toques blanquecinos que frente a mi se alzaba.

Sin previo aviso me golpeó aquella pregunta mañanera, ¿Y por qué escribo?.


En ese primer instante creí encontrar respuesta, pero se desvaneció en cuestión de segundos. Mi mente comprendió que aquella pregunta no era sencilla de responder y que tan solo el tiempo me daría la madurez suficiente como para poder contestarlo. Como siempre, TIEMPO fue la palabra que año tras año me va persiguiendo y que una vez más salió para cazarme. Odio esa palabra tan arraigada a nuestras vidas. 

Y así fueron sucediendo los días. Mi mente se encontraba descansada después del aquel fatídico día en el que me di de bruces contra la NADA, otra palabra que produce miedo y rechazo. 

La nada no puede nihilizarse sino sobre fondo de ser; si puede darse una nada, ello no es ni antes ni después del ser ni, de modo general, fuera del ser, sino en el seno mismo del ser, en su meollo, como un gusano.
Y es ahora que después de varias semanas encontré un atisbo de esperanza. De poco en poco iban brotando pequeños pensamientos que podían resolver aquel rompecabezas.

Desde muy atrás en el tiempo, justamente en el surgimiento del hombre como Ser que podía erguirse sobre dos piernas y tener consciencia propia de la realidad donde se encontraba -una realidad común-, ha contemplado ese sentimiento por ser eterno, por dejar algo en el mundo que dijera quien fue él y que valor tenía. Todo aquello a día de hoy podemos verlo tallados en multitud de piedras y paredes. 




Y es aquí donde podemos encontrar la respuesta. El mismo rechazo hacia la Nada nos lleva a dejar algo que pueda ser eterno en el TIEMPO y que pueda decir ¡Oye, yo estuve aquí una vez en carne y hueso, quizás no fuera alguien importante, pero, escúchame!. Quizás es ese sentimiento ante la muerte, ante la contemplación del fino hilo de luz que se apaga ante nuestros ojos, la que nos hace escribir.

"Si el arte no nos salva, como desearíamos, de las guerras, las privaciones, la envidia, la codicia, la vejez ni la muerte, puede en cambio revitalizarnos en medio de todo." Ray Bradbury.

A menudo el ser humano no tiene como objetivo dejar algo que demuestre la existencia de él durante miles de años. A veces el camino es totalmente distinto.

El cerebro, esa gran masa contenida en un recipiente de hueso, carne y piel, conteniente de nada más y nada menos que 86 billones de células cerebrales. ¡Una super máquina orgánica! que como todas las máquinas tiene sus tantos fallos. 

A veces es necesario y óptima escribir para reflejar nuestros pensamientos en el papel o para crear planes que nos permitan ver los deferentes caminos con menos "interferencias. Conozco de personas que escriben aquello que piensas, su lado más negativo sobre ciertos temas que le van sucediendo en su día a día. 

"Hay un momento en que todos los obstáculos se derrumban, todos los conflictos se apartan, y a uno se le ocurren cosas que no había soñado, y entonces no hay en la vida nada mejor que escribir." Gabriel García Márquez.


Escribir es a veces como "una cita con un psicólogo". En algunos momentos se hace necesario vaciar nuestra cabeza para poder seguir en pie y no solo en pie, seguir intactos frente al paso de las adversidades cotidianas.

Solo diré una última cosa y es que: A través de las palabras es como podemos sobrevivir durante cientos e incluso miles de años y si acaso miento tan solo tenéis que rebuscar entre vuestros libros para daros cuenta de que aquello que leéis es tan solo el reflejo de una persona inquieta que quiso marcar el tiempo con letras. 

Si me permitís, agregaré algunas citas que puedan ilustrar un poco mejor todo aquello que he relatado aquí. Me gustaría pasado un  tiempo volver  tratar todo esto más a fondo, pues, me parece muy interesante y gratificante a la hora de investigar y volcar en la red.

 

“Escribo para mí mismo, para comprenderme mejor o incluso para liberarme de un peso que me agobia. Escribo a veces como si fuera un juego, sí, como si fuera verdaderamente un juego. Cuando el amor, la patria, el tiempo o la belleza se me escapan, es a través de la escritura como los reencuentro... como restablezco la unión con las paredes del mundo que se derrumban en mi interior.” Mamad Darwix.


"Escribo para no pensar" André Doderet.

 

"Tengo miedo de escribir, es tan peligroso. Quien lo ha intentado, lo sabe. Peligro de revolver en lo oculto y el mundo no va a la deriva, está oculto en sus raíces sumergidas en las profundidades del mar. Para escribir tengo que colocarme en el vacío." Clarice Lispector.


"Escribir es la manera más profunda de leer la vida." Francisco Umbral.

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