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12 julio 2021

El diablo que montaba en Harley


Sonidos proveniente del motor de una Harley-Davidson. Aquello sonaba como el mismísimo infierno abriendo las puertas para dejar salir a todas las bestias. 

Encima de aquel vehículo de corazón de gasolina, explosiones y fuego, iba montado el mismísimo Satanás.

Aquel diablo vestía  botas de cuero adornada con cadenas relucientes. Pantalones vaqueros azul claro. Camiseta básica y el chaleco del club de motos de su tierra.

Apaga el motor. Desmonta y se dirige hacia la puerta del bar. Ya dentro se escucha a un grupo de artistas tocar un rock-blues de los que hace tiempo que no se hacían. 

Satanás se acerca a la barra, se sienta; descansa sus brazos sobre la madera de la misma barra y pide tres dedos de whiskey con dos cubitos de hielo. El camarero le mira mientras prepara el vaso. Es incapaz de mirar a los ojos, pues entre su vista y la del diablo se encontraban unas gafas de sol tipo Ray-Ban aviador.
El vaso queda listo. Con una de sus manos se lleva el borde del recipiente de la bebida de los Dioses a los labios y saborea.

Han sido muchos kilómetros. Han sido muchas horas tragando Sol. Pero al final lo había conseguido. Nada ni nadie lo había podido parar.

Mira a su alrededor para poder observar todas aquellas personas que conviven cerca de él.

Ve una pareja en una mesa. Ambos están disfrutando de unas patatas fritas y unas hamburguesas acompañadas de unos jarras de cervezas.

En el centro de la sala dos parejas mayores aprovechando el tiempo de vida que les queda abrazados y bailando al son del ritmo de la música. Estaban en plena conexión.

A su derecha una mujer bastante bella, de pelo castaño, descansando sobre sus manos. Quizás debatiendo sobre el porqué su chico no se encontraba esa noche ahí con ella. Quizás estuviera con otra. De todas formas no lo iba a saber, al menos no en un periodo de tiempo corto -dos o tres meses.

El susodicho acaba la bebida y deja el vaso sobre la barra. Ha cazado a la presa; un tipo gordo y calvo sentado en una mesa con su familia. 

Se levanta y camina despacio, disfrutando de la música. El halcón va a bajar desde os cielos para cazar al ciervo.

Pasa por el lado derecho de su victima. Se planta en seco. Los niños no dejan de mirarlo, pero tanto el tipo calvo como su mujer llevan una interesante conversación sobre como el uno ha malgastado el dinero y no queda para el alquiler. 

Lleva su mano al interior de su chaleco y saca una navaja. Con la mano libre agarra la cabeza del tipo y lo estampa contra la mesa. Aquel grita del dolor, no se lo esperaba. Entonces el diablo aprieta fuerte del arma y atraviesa el cuello de la victima. Guarda el arma para no dejar ni rastro y desaparece.

En la mesa había dejado una tarjeta que recitaba "Viaje VIP al infierno. Alma requisada por los pecados cometidos".

El desconcierto recorrió todo el local, además de los gritos de las personas.

Por último, el rugir del motor de la bestia y el temblar. Por último, la nada.

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